La postración es una de las mayores muestras de entrega al Creador

Reconocer la existencia de Al-lah es algo natural e instintivo en el ser humano y no necesita esfuerzos para probarse. Por esto mismo la mayoría de la gente reconoce la existencia de Al-lah a pesar de sus distintas religiones y doctrinas.

Sentimos desde lo profundo de nuestro corazón que existe, recurrimos a Él en las dificultades por el instinto creyente y religioso que Al-lah puso en el alma de toda persona, aunque algunos traten de apagarlo y desdeñarlo.

Sabemos de casos en que los que ruegan y piden cuando están en apuros reciben respuesta, y esto también es una prueba evidente de la existencia de Al-lah.

Toda persona sabe que todo fenómeno (que existe después de no haber existido) necesita una causa (que lo produzca), y todas las criaturas que han existido en todo tiempo necesitaron un Creador que las produjera: Al-lah, pues nada creado puede surgir sin un creador, como tampoco puede hacerse por sí mismo, nada puede crearse a sí mismo. Al-lah dijo: {¿Acaso surgieron de la nada o son ellos sus propios creadores?} [Corán 52:35]. La aleya quiere decir que ellos no surgieron sin un creador y que ellos tampoco se crearon a sí mismos, por lo que debe haber un Creador y es Al-lah.

El orden de este universo con su cielo y su tierra, con sus órbitas, sus estrellas y planetas, con sus océanos, mares y ríos, con sus montañas llanuras y árboles. Con todas sus increíbles criaturas, este universo es evidencia de que debe tener un solo Creador: Al-lah: {Esto es obra de Dios, Quien ha hecho todo a la perfección} [Corán 27:88].

Las estrellas y los astros, por ejemplo, se mueven en órbitas establecidas que no cambian. Al-lah dice: {No le es posible al Sol alcanzar a la Luna, ni la noche puede adelantarse al día. Cada [astro] circula en su órbita} [Corán 36:40].