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La lección La higiene de la mujer musulmana
La ley islámica ordena que la mujer musulmana debe aprender lo que necesita saber sobre las normas de higiene exclusivas de ella, como las relacionadas con la menstruación, la metrorragia y el nifás.
Entre los asuntos que la mujer debe saber y aplicar tenemos:
El baño ritual por el acto sexual (ghusl ul yanába).
La palabra árabe yanába significa lejanía o alejamiento, y la persona "yunub" en la Shari'a es quien ha eyaculado o ha practicado el coito, se usa por igual para el hombre y la mujer. Esta palabra se usa porque la persona que está en este estado tiene prohibido acercarse a los oratorios hasta haberse purificado. El baño por yanába es obligatorio, pues Al-lah dijo: {Si están en estado de impureza mayor, tomen un baño [completo]} [Corán 5:6.]
El baño ritual por el fin de la menstruación
La mujer musulmana debe bañarse al finalizar el sangrado menstrual, pues Al-lah dijo: {Y te preguntan acerca de la menstruación. Di: "Es una impureza"; absténganse de mantener relaciones maritales con sus mujeres durante el menstruo, y no mantengan relaciones con ellas hasta que se purifiquen, pero cuando se hayan purificado mantengan relaciones como Al-lah les ha permitido [por la vía natural]. Al-lah ama a los que se arrepienten y a los que se purifican} [Corán 2:222]. "Cuando se hayan purificado...", es decir, por medio del baño de yanába.
La menstruación y la metrorragia
La menstruación (haid) es una sangre que sale de la matriz femenina sin que haya embarazo ni enfermedad. La metrorragia (istiháda), en cambio, es el sangrado de la matriz femenina fuera de sus tiempos a causa de una enfermedad o lesión.
El tiempo del sangrado de la menstruación varía entre una mujer y otra, y no tiene un límite mínimo según la opinión de más peso de los juristas. La mayoría opina que su límite máximo son quince días y lo que salga después se considera metrorragia, ya no menstruación. La mayoría de las mujeres menstrúan durante seis o siete días.
El baño ritual tras el final del nifás
Hay consenso entre los juristas respecto a la obligación de la mujer de bañarse al finalizar su sangrado posparto.
Definición de nifás
Es el sangrado que resulta de la expansión del útero de la mujer luego del parto, o dos o tres días antes. Viene acompañado de dolores y otros síntomas, y después del parto dura 40 días.
Consecuencias prácticas de la menstruación y el nifás
La prohibición del coito.
El hombre tiene prohibido el coito con su esposa cuando ella menstrúa, ya que Al-lah dijo: {Y te preguntan acerca de la menstruación. Di: "Es una impureza"; absténganse de mantener relaciones maritales con sus mujeres durante el menstruo, y no mantengan relaciones con ellas hasta que se purifiquen, pero cuando se hayan purificado mantengan relaciones como Al-lah les ha permitido [por la vía natural]. Al-lah ama a los que se arrepienten y a los que se purifican} [Corán 2:222]. También está prohibido el coito cuando está con el nifás, por consenso jurídico.
La prohibición del divorcio.
Esto por la aleya: {¡Oh, Profeta!, [haz saber a los musulmanes que] cuando divorcien a las mujeres, deben hacerlo durante el tiempo señalado} [Corán 65:1]. Las palabras "deben hacerlo durante el tiempo señalado" indican que no las divorcien estando en su menstruación, en el nifás o en un tiempo puro en el que tuvieron relaciones sexuales y no se evidencia embarazo.
La prohibición de rezar y ayunar.
Y esto por el hadiz: "¿Acaso cuando menstrúa no deja de rezar y ayunar? Por eso tiene menos práctica religiosa" (Bujari, 1951).
La prohibición de circunvalar la Ka'ba
Por el hadiz de cuando Aisha, que Al-lah esté complacido con ella, tuvo su sangrado menstrual durante el peregrinaje: "Esto es algo que Al-lah prescribió para las mujeres. Haz todo lo que hace el peregrino excepto circunvalar la Ka'ba, hasta que te purifiques de tu sangrado" (Bujari, 305; Muslim, 1211).
La prohibición de tocar el Mus-haf del Corán.
Y esto siguiendo la aleya: {Que solo pueden tocar los purificados} [Corán 56:79], pero puede recitar el Corán de su memoria según la opinión de más peso, a diferencia del que está en yanába, pues este no recita hasta que se bañe. Si la menstruante o con sangrado posparto necesita repasar una aleya o enseñarla a alguien más, puede tocar el Mus-haf con las manos cubiertas con guantes o algo así.
La prohibición de estadías largas en la mezquita.
Por el hadiz: "Pues yo no permito la mezquita a la menstruante o al yunub" (Abu Dawud, 232). Puede, sin embargo, pasar por la mezquita o entrar para algo urgente, pues Aisha, que Al-lah esté complacido con ella, dijo: "El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, me dijo: "Alcánzame la alfombra (de rezar) de la mezquita", y yo le dije: "Estoy menstruando", entonces él replicó: "Tu menstruación no está en tu mano" (Muslim, 298).
Las cosas que la menstruación hace obligatorias
La madurez
Con la madurez viene la responsabilidad legal, y la menstruación es uno de los signos más seguros de la madurez de una joven.
El periodo de espera de la divorciada
La menstruación es una parte importante para calcular el periodo de espera de la mujer divorciada, pues la mujer que menstrúa debe calcular tres periodos menstruales, por la aleya: {Las divorciadas deberán esperar tres menstruos [para poder volverse a casar]} [Corán 2:228].
Lo que indica el final del sangrado menstrual
La secreción blanquecina
Es algo como un hilillo de secreción blanquecina que sale de la vagina de la mujer los últimos días de su menstruación y es un anuncio de su estado de pureza.
Suspensión del sangrado y la humedad
Se comprueba introduciendo un tejido en su vagina y este debe salir sin mancha de sangre o secreciones oscuras o amarillentas.
El ghusl tiene dos obligaciones: la intención y mojar todo el cuerpo, incluyendo el cuero cabelludo, con agua. El agua debe alcanzar la base del cabello y la piel bajo el mismo sin importar si el cabello es abundante o poco.
Descripción del ghusl de la mujer por menstruación o yanába
Aisha, que Al-lah esté complacido con ella, relató que Asmá, que Al-lah esté complacido con ella, preguntó al Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él: "¿Cómo hace el ghusl la mujer menstruante?" Y él dijo: "Toman su agua perfumada con cedro y se hace el wudú bien hecho. Luego se vierte agua sobre su cabeza y se la frota fuertemente hasta alcanzar la piel bajo el cabello. Luego vierte el agua sobre el resto del cuerpo y luego se higieniza con un paño con perfume de almizcle". Asmá le dijo: "¿Y cómo se higieniza?" y él le respondió: "¡Glorificado sea Al-lah! Se limpia con él". Aisha le dijo en voz baja: "limpia el rastro de sangre". Luego [Asmá] preguntó acerca del baño del yanába y [el Profeta] respondió: "Toma agua y se hace bien el wudú; luego vierte agua sobre su cabeza y la frota bien hasta alcanzar el cuero cabelludo. Luego se vierte agua y lava el resto de su cuerpo". Aisha agregó: "¡Qué admirables eran las mujeres de los ansaríes! La vergüenza no les impedía comprender su práctica religiosa" (Bujari, 314; Muslim, 332).
Cualquier obstáculo que impida la llegada del agua a cualquier parte del cuerpo invalida el baño, como ser el esmalte de uñas que suelen ponerse las mujeres o cualquier sustancia impermeable que impida la llegada del agua debajo de ella.
La sufra y la kudra
La vagina de la mujer libera ciertas secreciones antes y después del sangrado menstrual. Si estas secreciones coinciden con el sangrado menstrual en parte de su tiempo se consideran parte del mismo y la mujer debe evitar el rezo y las demás prohibiciones de la menstruación al ver estas secreciones. Si las secreciones no coinciden con el sangrado menstrual no tienen ningún efecto. La evidencia de esto es el hadiz de Umm 'Atía, que Al-lah esté complacido con ella: "No considerábamos la kudra ni la sufra si se veían tiempo después de la purificación" (Bujari, 326; Abu Dawud, 307, y es su versión).