La transmisión de bienes por herencia es parte de las costumbres de los seres humanos que se practica a nivel mundial, tanto en las naciones del pasado como en las modernas, pues corresponde con el instinto humano de poseer bienes y esforzarse por acumularlos, y es la solución al problema de disponer de los bienes de los difuntos.

Los preceptos relacionados con la herencia en la Shari'a islámica se distinguen por tratar muchos detalles relacionados con las condiciones del que hereda, de los herederos, la porción que le toca a cada uno en un sistema completo e innovador. Una de las virtudes de esta minuciosidad en la herencia islámica es que se corta toda posibilidad de disputas entre los familiares del difunto, pues, ya que los herederos saben que se les distribuye la herencia de acuerdo a los mandamientos de Al-lah, se sosiegan y aceptan la división de Al-lah. Otra de las virtudes es la preservación de los derechos de todos los herederos. El asunto no se deja en manos de unos pocos que den a quien quieran, nieguen a quien quieran y provoquen conflictos.

Pilares de la herencia

Condiciones de la herencia

El orden al distribuir la herencia:

Virtudes de los preceptos sobre la herencia en la Shari'a islámica

Los herederos varones

Los herederos varones por consenso son diez y, en resumen, son: el hijo, el nieto y sus descendientes, el padre, el abuelo y sus ancestros, el hermano, el hijo del hermano, el tío paterno, el primo paterno, el esposo y el esclavo emancipado.

Las herederas mujeres

Las herederas mujeres por consenso son siete, en resumen: la hija, la hija del hijo y sus descendientes, la madre, la abuela y sus ascendientes, la hermana, la esposa y la esclava emancipada.

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